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Brauer

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  • ISSN 0325-0725 VOL. XXXV, N 2 - PRIMAVERA 2009

    En este nmero:

    ARTCULOSRolf-Peter Horstman, La contradiccin en HegelK. Vieweg, La fuerza suave sobre las imgenes. La concepcin filosfica de Hegel

    de la imaginacinL. M. de la Maza, El sentido del reconocimiento en HegelD. Perinetti, Inferencia y racionalidad en HegelD. Brauer, La contradiccin de la razn consigo mismaH. O. Arrese Igor, La crtica de Hegel a la teora fichteana de la soberana popularH. Ferreiro, Reconstruccin del sistema de la voluntad en la filosofa de Hegel

    ESTUDIO CRTICO - CRNICAS - COMENTARIOS BIBLIOGRFICOS

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    RLF Centro de Investigaciones Filosficas - Buenos Aires - Argentina

  • REVISTA LATINOAMERICANA DE FILOSOFIA

    PRIMAVERA 2009

    VOLUMEN XXXV N 2SUMARIO

    ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE HEGEL: NUEVAS EXPLORACIONESEditor Responsable

    Daniel Brauer

    ARTCULOSRolf-Peter Horstman, La contradiccin en Hegel...................................... 189K. Vieweg, La fuerza suave sobre las imgenes. La concepcin

    filosfica de Hegel de la imaginacin.................................................... 207 L. M. de la Maza, El sentido del reconocimiento en Hegel ...................... 227 D. Perinetti, Inferencia y racionalidad en Hegel........................................ 253D. Brauer, La contradiccin de la razn consigo misma........................... 287H. O. Arrese Igor, La crtica de Hegel a la teora fichteana

    de la soberana popular ........................................................................... 307H. Ferreiro, Reconstruccin del sistema de la voluntad en la filosofa

    de Hegel..................................................................................................... 331

    ESTUDIO CRTICOA. Jimnez Colodrero, El liberalismo autoritario hegeliano o

    Hegel entre Hobbes y Schmitt ................................................................ 363

    CRNICASA. Cassini, Mario Bunge: Siete dcadas con la filosofa............................ 387A. Cassini, Gregorio Klimovsky (1922-2009).............................................. 389

    COMENTARIOS BIBLIOGRFICOSE. A. Moutsopoulos, Thought, culture, action. Studies in the theory ofvalues and its Greek sources (J. Macas). W. Khn, Quel savoir aprs lescepticisme? Plotin et ses prdcesseurs sur la connaissance de soi (G. (Mller)............................................................................................................... 393

    COMITE EDITORIALMara Julia Bertomeu Alejandro Cassini Osvaldo Guariglia

    UNLP - CONICET UBA - CONICET CONICETLeiser Madanes Mario A. Presas

    CIF UNLP - UBASecretaria: Cecilia Lastra

    CONSULTORES ACADMICOSMario Bunge, Mc Gill UniversityCarla Cordua, Universidad de ChileMarcelo Dascal, Universidad de Tel-AvivErnesto Garzn Valds, Universidad de MainzAlfonso Gmez Lobo, Georgetown UniversityJorge E. Gracia, State University of New York (SUNY), BuffaloJoao Paulo Monteiro, Universidad de LisboaC. Ulises Moulines, Universidad de MunichO. Porchat Pereira, Universidad de San PabloDavid Sobrevilla, Universidad de LimaErnesto Sosa, Brown UniversityRoberto Torretti, Universidad de Puerto RicoMargarita Valds, Universidad Nacional Autnoma de MxicoLuis Villoro, Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Para suscripciones, pedidos, correspondencia o informaciones dirigirse a:REVISTA LATINOAMERICANA DE FILOSOFIAEditada en: Centro de Investigaciones Filosficas

    Miones 2073 (C1428ATE) Buenos Aires - ArgentinaFax: (54-11) 4787-0533 E-mail: [email protected]

    www.rlf-cif.org.arEn Estados Unidos y Canad dirigirse a:

    BOX 1493 15 Southwest ParkBirmingham, Alabama 35201-1943 - U.S.A. Westwood, Mass 02090 - U.S.A.Argentina

    Individuos ......................................................................... $50Instituciones ...................................................................... $100

    ExteriorIndividuos ......................................................................... U$S 30 25Instituciones ...................................................................... U$S 45 35

    (ms gastos de envo)La Revista Latinoamericana de Filosofa se publica los meses de mayo y noviem-bre de cada ao. Editor Responsable: Francisco Naishtat, Presidente del Centro deInvestigaciones Filosficas, CIF, propietario de la publicacin. Domicilio Legal:Miones 2073, C1428ATE Buenos Aires. Copyright. Centro de Investigaciones Fi-losficas, CIF. Queda hecho el depsito que marca la Ley N 11723. La Revista Latinoamericana de Filosofa est indizada por el Philosopher's Index,Repertoire bibliografique de la philosophie, Latinindex

    ISSN 0325-0725 Diseo de tapa: Buyi PresasNoviembre 2009

  • COLABORADORES

    ROLF-PETER HORSTMANN se doctor en la Universidad de Heidel-berg, hizo su tesis de habilitacin en la Universidad de Bielefeld.Desde 1995 es Profesor Titular de la Ctedra de Filosofa dedicadaal Idealismo Alemn y actualmente Profesor Emrito de la Univer-sidad Humboldt de Berln. Ha sido editor de numerosos libros yautor de mltiples artculos en torno al pensamiento de Kant y deHegel. Tambin ha editado los volmenes 7 y 8 de la nueva edicinhistrico-crtica (Gesammelte Werke) de las obras de Hegel. E-mail:[email protected]

    KLAUS VIEWEG es actualmente Profesor de Filosofa Clsica Alema-na en la Universidad Friedrich Schiller de Jena. Hizo su doctoradoen la Universidad Humboldt de Berlin (1980) y su Tesis de Habili-tacin en la Universidad de Jena (1988). Sus trabajos de investiga-cin giran en torno a Hegel y el Idealismo Alemn, el escepticismoy a la relacin entre filosofa y literatura. Publicaciones: Philosophiedes Remis. Der junge Hegel und das Gespenst des Skepticismus, Munich1999; Skepsis und Freiheit, Munich 2007; Il pensiero della libert. Pisa2007; La idea de la libertad. Contribuciones a la Filosofia Practica deHegel, Mxico 2009. Ha editado junto con Wolfgang Welsch losvolmenes colectivos: Das Interesse des Denkens. Hegel aus heutigerSicht, Munich 2003 y Hegels Phnomenologie des Geistes. Ein koopera-tiver Kommentar zu einem Schlsselwerk der Moderne, Francfort delMeno 2008. E-mail: [email protected]

    DARO PERINETTI hizo sus estudios doctorales en la UniversidadMcGill (Canad) y posdoctorales en Marburgo (Alemania). Ac-tualmente es profesor agregado en la Universidad de Quebec enMontreal (Canad). Algunas de sus publicaciones son: Philosophi-cal Reflection on History in Cambridge History of Eighteenth CenturyPhilosophy (2006), La Phnomnologie de lesprit: lectures contemporai-nes (con M-A. Ricard, Paris, PUF, 2009), Le tournant humien inPhilosophies de la connaissance (Paris, Qubec: Vrin/Laval, 2009) y

    History, Concepts and Normativity in Hegel in Hegel's Theory ofthe Subject, D. Carlson (ed.), New York: Palgrave Macmillan (2005).E-mail: [email protected]

    LUIS MARIANO DE LA MAZA SAMHABER (1955), se doctor en Filoso-fa en la Ruhr-Universitt de Bochum, Alemania, bajo la direccindel profesor Otto Pggeler (1990). Actualmente investiga y hacedocencia sobre antropologa filosfica, idealismo alemn, fenome-nologa y hermenutica en la Pontificia Universidad Catlica deChile. Entre sus publicaciones destacan los libros Knoten und Bund.Zum Verhltnis von Logik, Geschichte und Religion in Hegels Phnome-nologie des Geistes, Bouvier: Bonn 1998, y Lgica, Metafsica, Fenome-nologa. La Fenomenologa del Espritu de Hegel como introduccin a laFilosofa especulativa, Ediciones Universidad Catlica de Chile: San-tiago de Chile 2004. E-mail: [email protected]

    DANIEL BRAUER Daniel Brauer es actualmente Profesor Titular Re-gular de las ctedras de Metafsica y Filosofa de la Historia en laUniversidad de Buenos Aires e Investigador Principal del ConsejoNacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas de Argentina.Estudi Filosofa y Sociologa en Buenos Aires y se doctor enFilosofa por la Universidad de Erlangen-Nuremberg. Fue becariodel DAAD y de la Fundacin Alexander von Humbold en las Uni-versidades de Erlangen, Heidelberg y Berln. Sus mltiples publi-caciones giran en torno al Idealismo Alemn y en particular a lafilosofa de Hegel, as como a la filosofa y teora de la historia engeneral. Ha dirigido y dirige diversos proyectos de investigacin.E-Mail: [email protected]

    HCTOR FERREIRO es Doctor en Filosofa por la Humboldt-Univer-sitt de Berln. Es Investigador Asistente del Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET) y Profesor Titu-lar de la materia Problemas especficos de metafsica en la Uni-versidad Nacional de San Martn (UNSAM). Ha publicado nume-

    COLABORADORES 187

  • rosos artculos en revistas nacionales e internacionales sobre lafilosofa del idealismo alemn como as tambin sobre la metafsi-ca medieval y moderna. Actualmente prepara la publicacin deuna introduccin crtica a la Psicologa de Hegel y la primera tra-duccin completa al espaol de los Agregados (Zustze) de laEnciclopedia de las Ciencias Filosficas de Hegel.E-mail: [email protected]

    HCTOR ARRESE IGOR ha obtenido el ttulo de Doctor en Filosofa enla Universidad Nacional de La Plata con una Tesis sobre Autocon-ciencia, Alteridad y Estado en las teoras de Hermann Cohen y Johann G.Fichte. Ha publicado numerosos artculos sobre tica, filosofa pol-tica y filosofa del derecho, en especial en la filosofa clsica alema-na. E-mail: [email protected]

    ANDRS JIMNEZ COLODRERO Licenciado en Ciencia Poltica (UBA).Profesor de Teora Poltica Moderna en la Facultad de CienciasSociales/UBA. Prosecretario de la Asociacin de Estudios Hobbesia-nos. Secretario de DIALGICA (Seccin de Estudios sobre Hegelde la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires). Miembroasociado del Centro de Investigaciones Filosficas de Buenos Aires(CIF). Publicaciones sobre filosofa y teora poltica modernas(Hegel, Hobbes, Montesquieu, Mommsen, S. George). Participa enproyectos de investigacin sobre filosofa prctica y teora de lasubjetividad en el Idealismo alemn.E-mail: [email protected]

    188 COLABORADORES

    monikSticky NoteCeci, no queda esta blanca, es la nica manera q encuentro para poner todos los archivos juntos

  • Revista Latinoamericana de Filosofa, Vol. XXXV N 2 (Primavera 2009)

    Revista Latinoamericana de Filosofa, Vol. XXXV N 2 (Primavera 2009) 189-206

    LA CONTRADICCIN EN HEGEL1

    Rolf-Peter HorstmannUniversidad de Heidelberg

    RESUMEN: En este trabajo argumento en contra de la idea de que ocuparse dela filosofa de Hegel es tratar acerca de algo que se basa en principios oscurose inexplicables y que slo puede ser aceptada como un hecho para el cual no sedispone de una explicacin racional o filosfica alguna. Al hacerlo examinoaquel aspecto del mtodo hegeliano que est vinculado al concepto de contra-diccin.La propia concepcin de Hegel acerca de la contradiccin y de los objetospuede considerarse en concordancia con aquellos postulados que son el resul-tado de su crtica de la metafsica tradicional. Las deficiencias de la metafsicatradicional son vistas por Hegel como consecuencia de un uso ingenuo de laestructura sujeto-predicado del lenguaje que, tal como sostiene, resulta inapro-piada para expresar algo verdadero acerca de los objetos tal como realimenteson. No obstante ello Hegel est al mismo tiempo convencido que esta manerade hablar acerca de objetos es inevitable. Hegel trata de resolver el dilemaresultante introduciendo el concepto de contradiccin como una regla metodo-lgica mediante la cual las deficiencias de la metafsica tradicional podran serevitadas.

    PALABRAS CLAVE: Contradicin, Objeto, Mtodo

    ABSTRACT: In this paper, I argue against the idea of dealing with Hegel'sphilosophy as if it were based on obscure and inexplicable principles that canonly be accepted as a fact for which no rational or philosophical explanationis available. In order to do it, I consider the aspect of Hegel's method which isconnected with the concept of contradiction. Hegel's own conceptions of contradiction and objects can be considered as

    1. El texto de este trabajo se basa en una conferencia dictada en el ao2007 en al Universidad de Nueva York. Agradezco a Dina Emundts porsus tiles sugerencias y a Robert Pippin por sus consejos estilsticos.

  • chosas que tendran sus races en ciertos problemas filosficos delos cuales el autor era conciente y que trat de resolver por mediosno convencionales.

    Si bien no s si tendr xito en evitar convertirme en una vcti-ma de una o de ambas consecuencias mencionadas, espero almenos evitar la impresin de que estoy concediendo que uno tieneque enfrentarse con una filosofa que estuviese basada en princi-pios oscuros e inexplicables y cuya oscuridad slo puede ser acep-tada como un hecho para el cual no hay una explicacin racional ofilosfica disponible. Tratar de mostrar que ste no es el caso con-siderando un aspecto del mtodo hegeliano que siempre llam laatencin, a saber, aquel aspecto del mismo que est conectado conel concepto de contradiccin.

    Pero antes de entrar en los detalles, realizar hacer algunas aco-taciones preliminares. Hegel tiene en comn con muchos filsofosel hecho de haber desarrollado su filosofa considerando ciertosproblemas, sosteniendo algunas creencias aparentemente bien esta-blecidas, e intentando resolver estos mismos problemas de un mo-do tal que sus soluciones fueran por lo menos compatibles con elmximo nmero de aquellas creencias que son consideradas esen-ciales. Al observar la gnesis de su filosofa, no es muy difcil verque tiene un conjunto bastante limitado de convicciones muy fuer-tes concernientes a qu tiene que lograr un sistema filosfico. Estasconvicciones estn en varios sentidos interconectadas, y tienen encomn que todas reflejan la lectura crtica de ciertas teoras y posi-ciones filosficas. Hasta donde puedo ver las ms evidentes deestas convicciones son las cuatro siguientes: 1) Un sistema filosfi-co tiene que dar una explicacin satisfactoria de los fenmenosorgnicos. Esta conviccin tiene su origen en la recepcin de la teo-ra de los juicios teleolgicos de Kant. 2) Un sistema filosfico tieneque integrar la idea de algo como Dios en tanto entidad que puedeser concebida como un ser espiritual y real. Aunque tiene una muyextensa tradicin filosfica, Hegel debe esta conviccin, en reali-dad, a Spinoza o mejor dicho a cierto tipo de espinosismo. 3) Unsistema filosfico tiene que ser capaz de dar una explicacin del es-pritu que tome como un ser autoconsciente. Un postulado que de-be ser visto en relacin con el trasfondo de las discusiones concer-nientes al concepto kantiano de la unidad trascendental de laapercepcin, especialmente en el contexto de la Doctrina de la Cien-

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    Escribir un trabajo sobre un tema relacionado con el nombre yla filosofa de Hegel es una tarea que siempre tiene dificultadespeculiares. Algunas se deben a la conocida y sumamente lamenta-ble oscuridad de su filosofa, especialmente de su mtodo. Otrasson ms bien sociales y psicolgicas. stas consisten sobre todo enla suposicin generalizada de que las personas que se interesan enla filosofa de Hegel y especialmente en sus fundamentos metafsi-cos y metodolgicos son en algn sentido ignorantes y/o irracio-nales. Admitiendo que esta suposicin puede parecer estar unpoco fuera moda, ella sola conducir a dos consecuencias diferen-tes, ambas igualmente poco convincentes con respecto al modo enque eran afectadas las estrategias retricas referidas a la presenta-cin de temas relacionados con su pensamiento. La primera deestas consecuencias consiste en intentar liberarse a s mismo deltufillo a ignorancia presentando las doctrinas hegelianas tan estre-chamente conectadas como sea posible con problemas actuales dela discusin filosfica. La segunda es intentar salvarse del reprochede irracionalismo probando (sea lo que sea que esto pueda signifi-car aqu) que hay muchos ms elementos racionales en la filosofahegeliana que los que uno est inicialmente inclinado a pensar.Estas consecuencias son poco convincentes porque parecen conce-der que pudiera haber algo de cierto en la sospecha de que el igno-rantismo y/o el irracionalismo son caractersticas distintivas deesta filosofa. Combatir esta sospecha mostrando que Hegel se ase-meja a uno de nosotros mucho ms de lo que uno esperara, meparece una mala estrategia en la medida que descarta la posibili-dad de que podra haber razones para estas caractersticas sospe-

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    being in accordance with those postulates which are the results of hiscriticism of traditional metaphysics. The shortcomings of traditionalmetaphysics are seen by Hegel as a consequence of its incautious use of thesubject-predicate structure of language which, as he holds, is inappropriate toexpress something true about objects as they really are; nevertheless, Hegel isconvinced, at the same time, that this way of speaking about objects isunavoidable. Hegel tries to solve the resulting dilemma by introducing theconcept of contradiction as a methodological rule by means of which thedeficiencies of traditional metaphysics could be avoided.

    KEYWORDS: Contradiction, Object, Method

  • caractersticas especficas de ese programa no distinguen a Hegelde otros filsofos, ni hacen su empresa muy original. Lo que s lodistingue de otros y contribuye a su originalidad son los mediosque considera necesarios para una exitosa realizacin del progra-ma. Y estos medios constituyen lo que uno suele llamar el mtodohegeliano. Ahora bien, dos cuestiones interesantes surgen inme-diatamente: la primera es por qu Hegel piensa que necesita algu-nos instrumentos metodolgicos bastante controversiales paraestablecer un sistema filosfico slido, y la segunda cuestin esson estos medios necesarios o al menos suficientes para cumpliraquellos requisitos que considera esenciales para un sistema filo-sfico? La ltima cuestin es equivalente a la cuestin de si Hegeltuvo xito en desarrollar una teora que proporcionara una expli-cacin adecuada de aquellos temas que l mismo haba declaradoesenciales, o sea de aquellos temas que son expresados en las con-vicciones mencionadas. No quiero encarar en este trabajo esta lti-ma cuestin, sino considerar la primera, a saber, la cuestin de porqu Hegel pens que necesitaba un instrumento metodolgicoespecfico y altamente controversial para realizar su programa.Intentar hacer plausible la siguiente respuesta: el mtodo o almenos algunas de las caractersticas ms importantes de su mto-do son resultado de una desconfianza profundamente arraigadaen la habilidad de nuestro lenguaje de expresar algo verdadero. Opara poner la respuesta de otra manera la necesidad de nuevosy algo extraos medios metodolgicos en filosofa est fundadapara Hegel en la premisa de que las implicaciones ontolgicas denuestro lenguaje tienen un sistemtico efecto engaoso sobre laposibilidad de que obtengamos una adecuada imagen del mundo.En primer lugar quiero mostrar las razones que condujeron a estasuposicin. Luego, me gustara dar algunas pistas sobre cmo elautor intenta superar los problemas que se plantea partiendo deeste supuesto.

    La conviccin de Hegel de que nuestra manera de hablar sobreel mundo tiene importantes y desastrosas consecuencias para nues-tra comprensin cotidiana de la constitucin y estructura de la rea-lidad est sumamente conectada con su crtica de lo que llama lametafsica tradicional. En consecuencia, comenzar con esta crti-ca. Segn Hegel la empresa filosfica se resume en el conocimien-to cientfico de la verdad (die wissenschaftliche Erkenntnis der

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    cia (Wissenschaftslehre) de Fichte y de los escritos tempranos deSchelling. La cuarta (4) conviccin concierne no tanto a lo que unsistema filosfico debiera explicar, sino ms bien a algo que pareceser para Hegel una condicin necesaria para obtener un sistemafilosfico: su conviccin de que todos los fenmenos de la natura-leza (tanto inorgnicos como orgnicos), de la sociedad y de lacultura tienen que ser tratados de tal manera que cada fenmenosingular o particular pueda entenderse como la expresin o lamanifestacin de slo un nico principio o entidad. Este trmino,expresin, es tomado en el sentido leibniziano segn el cual porejemplo tanto una elipsis como una hiprbola expresan un crcu-lo. Esta conviccin que caracteriza la posicin de Hegel comomonista aunque tambin es bastante conocida a partir de las tradi-ciones neoplatnicas, espinosistas y cristianas se debe principal-mente a la influencia de Hlderlin y de Schelling, sus antiguos ami-gos de la universidad.

    A primera vista estas convicciones parecen muy extraas.Sobre todo no parece haber ninguna razn para pensar en estasconvicciones como elementos esenciales de un sistema filosfico.Pero dada la suposicin de que podra haber algunas razones parapensar que algn tipo de monismo es una condicin necesaria dela misma posibilidad de un sistema filosfico, y dado que Hegelestaba en lo cierto al suponer que los problemas conectados con lateora de la naturaleza orgnica o de los organismos slo puedenser resueltos haciendo del concepto de subjetividad un conceptobsico, pienso que no es muy difcil dar una interpretacin deaquellas cuatro convicciones mencionadas que haga por lo menosentendible cmo Hegel pudo pensar en ellas como esenciales. Ypor entendible quiero decir algo as como plausible dado elconjunto de problemas y tradiciones con el que se enfrentHegel.

    Pero no quiero entrar en los detalles de estas cuestiones. Inclu-so no quiero defenderlas mas all de afirmar que hay cierta plausi-bilidad en la convicciones de Hegel, dado que uno est dispuestoa aceptar su propia estimacin de la situacin terica con la que sesiente confrontado. Slo mencion estas convicciones porqueimplican un programa concerniente tanto al modo en el que debe-ra practicarse la filosofa como a algunos hechos filosficos bsi-cos que hay que explicar. El hecho de tener un programa y las

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  • to-predicado a nuestra comprensin de la constitucin real de lascosas.

    La razn de esta evaluacin tiene que ver con el anlisis deHegel de lo que la metafsica tradicional considera que es denotadopor los trminos de un juicio sujeto-predicado. Segn Hegel lametafsica tradicional toma, en forma irreflexiva como algo seguroque la expresin-sujeto en un juicio de ese tipo refiere a una enti-dad sustancial, a una cosa que es cualificada por un atributo que asu vez es representado por la expresin-predicado. A causa de estapresuposicin la metafsica tradicional se compromete con unaontologa sustancialista en la cual las cosas tienen el carcter deunidades sustanciales de atributos. Pero Hegel no critica slo estepresunto compromiso con la ontologa sustancialista. A lo queapunta es que an peor que este compromiso con la ontologa sus-tancialista, es el hecho de que la metafsica tradicional est equivo-cada acerca de qu significa la expresin-sujeto en lo que se refiereal contenido. Aqu, Hegel asegura que la metafsica no puede afir-mar que el contenido de una expresin-sujeto tenga algo que vercon lo qu un objeto realmente es, porque determinar el contenidono depende del objeto, sino de la representacin del objeto. Hegelapela a un par de argumentos un tanto oscuros en los 29 y 30 dela Enciclopedia para decir que lo que la metafsica toma como deter-minaciones del objeto no son nada ms que determinaciones delobjeto de la representacin o de la representacin del objeto. Laconclusin es que la metafsica tradicional no puede contribuir alconocimiento de lo que los objetos realmente son porque su mane-ra de lidiar con las cosas es metodolgicamente errnea.

    Independientemente de lo que uno pueda pensar de esta crtica ala metafsica tradicional, el punto interesante es que plantea un pro-blema a las propias ambiciones filosficas de Hegel. Esto es as por-que el autor no est dispuesto de ninguna manera a renunciar a laforma del juicio como el modo estndar del discurso filosfico. Porel contrario, Hegel est bastante convencido de que no hay alternati-vas a la discursividad del conocimiento o lo que es lo mismo, a pen-sar el conocimiento en trminos de relaciones conceptuales expresa-das en un juicio. De este modo y debido a que considera que losjuicios, en ltima instancia, tienen la forma sujeto-predicado, y a quesu crtica de la metafsica tradicional en lo que se refiere a las impli-caciones ontolgicas de este tipo de metafsica se basa en esta forma,

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    Wahrheit).2 Con esto quiere decir como insiste en sealar conbastante frecuencia que tenemos que saber qu son los objetosreal o verdaderamente (was die Objekte wahrhaft sind).3 Esteobjetivo perenne ha sido enfocado de numerosas maneras. Hegelconsidera que las ms significativas son (1) la metafsica (con estose refiere a la as llamada metafsica dogmtica de la tradicinracionalista de Leibniz y Wolff), (2) el empirismo y el criticismo (latradicin britnica y Kant) y (3) el conocimiento inmediato (Des-cartes, Jacobi). Si bien desde el punto de vista de Hegel ninguno deestos enfoques fue realmente exitoso, l nico que al menos enprincipio podra haber sido convincente es l de la metafsica.Esto se debe a que la metafsica opera bajo la suposicin de queslo a travs de la reflexin (Nachdenken) puede ser conocida laverdad, lo que los objetos realmente son .4 Siguiendo a Hegel estasuposicin implica la creencia de que las determinaciones delpensamiento (Denkbestimmungen) son las determinaciones fun-damentales (Grundbestimmungen) de las cosas5 y es por estaconviccin que la metafsica cumple los requisitos de un potencialpensamiento especulativo6 el trmino favorito de Hegel parapensamiento adecuado o correcto. Sin embargo, al final la metaf-sica tampoco tiene xito en obtener conocimiento. Esto se debeprincipalmente a un solo error: ella se basa en una interpretacinequivocada de lo que Hegel llama la forma del juicio, y, en con-secuencia de lo qu tiene que decirnos un juicio sobre la realidad.Ahora bien, de acuerdo con Hegel, la forma estndar de un juicioes la forma sujeto-predicado,7 y de acuerdo a esto su veredictoequivale a la afirmacin de que la metafsica tradicional tiene unentendimiento errneo acerca de la contribucin de un juicio suje-

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    2. Enzyklopdie der philosophischen Wissenschaften, Prefacio a la segundaedicin, tomo 8 de la edicin de Eva Moldenhauer y Karl-Marcus Michel:Werke in zwanzig Bnden, Suhrkamp, Frankfort del Meno 1970, p. 14.

    3. Idem, 26, p.93. Vase: Wissenschaft der Logik (Ciencia de la Lgica),edicin Lasson, Felix Meiner, Hamburgo 1967, Tomo I, p. 27.

    4. Enzyklopdie..., op. cit., 26.5. Idem, 28, p. 94.6. Idem, 27, p. 93.7. Wissenschaft..., op.cit., tomo II, p. 264 y sigs., p.495.

  • parece ser un esfuerzo ms bien sin sentido buscar cualquier mediopara evitar estas implicaciones (a menos que renunciemos a lamisma forma del juicio). En relacin a la conexin entre objetos dela representacin y los juicios sujeto-predicado la situacin no pare-ce ser mejor. Aqu tampoco el anlisis de Hegel parece ofrecerespacio para una solucin en sus propios trminos. Porque si seacepta que estos juicios tienen todas las desventajas que Hegel lesatribuye, entonces todo lo que uno puede concluir es que este tipode juicios se restringen en su aplicabilidad a los objetos de la repre-sentacin una consecuencia que, por ejemplo, Kant considermuy obvia. Produce una extraa impresin de absurdo exigir queestos juicios de la forma sujeto-predicado, cuyo anlisis mostr suirrevocable compromiso con los objetos de la representacin, debanser considerados como si no tuvieran este compromiso.

    Ambos postulados hegelianos mencionados parece ser irrealiza-bles. Ahora bien, lo bueno es que Hegel parece ser completamenteconsciente de este hecho. Esto se muestra en su repetida observa-cin de que uno tiene que tomar la forma del juicio como inapro-piada para lidiar con los objetos. Sin embargo, el autor piensa quehay una solucin para este acertijo. Lo que lo conduce a esta solu-cin no es la reflexin acerca de cmo cambiar la forma del juiciode tal modo que se acomode a sus postulados pues esto significa-ra abandonar la forma por completo, sino la consideracin delmodo que en un juicio categrico el sujeto y el predicado estnconectados. En relacin con esta conexin, la teora lgica tradicio-nal sostiene que hay muy pocas posibilidades de combinar laexpresin-sujeto y la expresin-predicado tal que el juicio categri-co resultante sea verdadero o falso del objeto que la expresin-suje-to caracteriza. Entre las combinaciones que no se supone que con-duzcan a un juicio categrico que sea o bien verdadero o bien falsode un objeto, hay una que es de particular importancia aqu. Ella esplanteada por primera vez de un modo que considero relevantepara Hegel por Kant en un pasaje que contiene, como la llama Nor-man Kemp Smith, la curiosa e ingeniosa clasificacin de los variossignificados del trmino nada.8 en La anfibologa de los concep-

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    Revista Latinoamericana de Filosofa, Vol. XXXV N 2 (Primavera 2009) 189-206

    se enfrenta al problema de cmo dar una nueva interpretacin deesta misma forma, una que sea inmune a sus crticas y que proveaun mtodo filosfico alternativo para lidiar con los juicios.

    Ahora bien, me parece que es en este preciso punto donde elconcepto de contradiccin viene a desempear un papel metodol-gico en las consideraciones de Hegel. Aunque no puedo dar aquuna explicacin muy elaborada de la funcin de la contradiccin ensu filosofa en lo que concierne a su papel como factor generadordel sistema, me gustara delinear al menos por qu Hegel piensaque el concepto de contradiccin es crucial para superar la situa-cin aportica a la cual sus consideraciones crticas lo han llevado.Primero intentar dar una descripcin ms bien tosca y simplifica-da del razonamiento del autor con respecto a la cuestin que con-duce luego a una exposicin (espero) convincente de la funcinmetodolgica del concepto de contradiccin. Proceder a presentarevidencia textual para mi interpretacin, y finalmente consideraralgunas suposiciones subyacentes a la idea bsica de aquella expo-sicin que estn diseadas para dar una explicacin ms adecuadade las consideraciones de Hegel.

    Considerando, una vez ms, la situacin en la que Hegel secoloca al criticar a la metafsica tradicional y al mantener, comoconsecuencia de esta crtica, que el mtodo de la filosofa debe sermodificado, uno puede describir esta situacin como respuesta a lasiguiente pregunta del milln: es posible lidiar con juicios categri-cos (con juicios de la forma sujeto-predicado) de modo tal que unopueda evitar dos cosas: por una parte las implicaciones ontolgicaserrneas que estn conectadas con esta forma, y por otra parte loscompromisos de esta forma con los objetos de la representacin entanto se contraponen a lo que los objetos realmente son. Ahorabien, cada uno de estos dos postulados parece conducir a proble-mas insalvables. En lo que concierne a la ontologa, las implica-ciones ontolgicas que tienen que ser evitadas son, siguiendo elpropio anlisis de Hegel, no implicaciones de algunos juicios pecu-liares de la forma sujeto-predicado por ejemplo, a todos los juiciosverdaderos o a todos los falsos, sino que estas implicaciones sonconsideradas por Hegel como necesariamente conectadas con laforma misma de esos juicios. Por consiguiente, parece ser una ver-dad analtica que cada juicio sujeto-predicado implica aquel tipo deontologa que se basa en la suposicin de sustancias y atributos, y

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    8. Norman Kemp-Smith: A Commentary to Kants Critique of Pure Reason,Londres 1923, p. 424.

  • representacin que se pueda pensar como denotado por la expre-sin-sujeto, no se tiene posibilidad alguna de entrar en el imagina-rio de sustancias y atributos. Con todo se ha preservado la formadel juicio en s misma como un modo de lidiar con objetos, aunqueno con objetos de la representacin.

    En otras palabras: an aceptando que Hegel tena razn al pen-sar la forma del juicio (categrico) como algo que conduce de mo-do necesario y sistemtico al error, el problema metodolgico quese plantea es si se puede encontrar un modo de lidiar con esta for-ma tal que aquella consecuencia pueda ser evitada. Hegel pensque una posibilidad de lograrlo era enfrentarse a esta forma de unmodo tal que todo el contenido representacional y las implicacio-nes ontolgicas conectadas con esta forma pudieran dejarse delado. Tal vez inspirado por las consideraciones kantianas, pens ala contradiccin entre los conceptos sujeto y predicado como unmodo de evitar las implicaciones indeseadas de la forma del juicio.As la nocin de contradiccin se vuelve un concepto metodolgi-co, un concepto que designa un procedimiento para evitar, poruna parte, la representacin y, por otra parte, la ontologa sustan-cialista.

    No es muy difcil encontrar la evidencia textual para mi inter-pretacin. Slo quiero sealar los pasajes que, a mi juico, son losms significativos. Se puede mostrar fcilmente que Hegel conside-r al concepto de contradiccin como un concepto metodolgicodesde los mismos inicios de su carrera filosfica al consignar unade sus primeras y ms provocativas afirmaciones concernientes alas contradicciones. Defendi en una de sus Tesis de Habilitacin(Habilitationthesen) de 1801 la siguiente afirmacin: Contradictioest regula veri, non contradictio falsi.9 El hecho de que adhiri aesta afirmacin de una manera u otra a lo largo de toda su vidafilosfica puede ser mostrado en diversas y breves citas de susobras ms importantes de diferentes pocas. Puesto en trminos dela teora de lo que llama enunciados especulativos Hegel declaraen el Prefacio a su Fenomenologa del Espritu como un resultadoepistemolgico que la naturaleza del juicio en general, que encie-rra en s la diferencia entre sujeto y predicado, es destruida por el

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    tos de la reflexin de la Crtica de la Razn Pura. Esta combina-cin es aquella en la cual tanto un predicado como su negacin soncontradictorios con el concepto-sujeto. Esta posibilidad est dadaen el caso de conceptos autocontradictorios, tales como solteros-casados, crculos-cuadrados y similares. Ahora bien, Kant proponepensar a los objetos de estos conceptos autocontradictorios comono siendo nada en el sentido de ser imposibles o vacos. Un objetoas es lo que llama nihil negativum. Mirando un poco ms de cercaeste nihil negativum, ste puede ser descripto como el objeto que esdenotado por la expresin-sujeto (en este caso: contradictoria) deun juicio sujeto-predicado. En este sentido, tal como Hegel lo for-mula, es un objeto de la representacin. Pero dado que todo lo quese puede afirmar o negar de este objeto es falso, este objeto no tienecontenido representacional, no es nada, no hay modo posible deencontrar una representacin de este objeto. Y este resultado pecu-liar se debe al hecho de que cada predicado y su negacin contradi-cen al concepto-sujeto.

    Aunque Kant no haya pensado que su concepto de un objetoque no es nada fuera muy importante para su enfoque sistemtico,es bastante fcil ver que debi ser atractivo para Hegel. Esto no sedebe tanto al inters de Hegel en los conceptos autocontradictorios,sino ms bien al potencial metodolgico que estaba oculto en laconsideracin de Kant. Ya que esta doctrina kantiana del nihil nega-tivum parece abrir un modo de salir del acertijo. El acertijo consis-ta, para plantearlo una vez ms, en lidiar con los juicios de laforma sujeto-predicado de tal manera que se pudieran evitar lasimplicaciones (ontolgicas y reprentacionales) tradicionales deestos juicios. Ahora bien, dada la doctrina kantiana de que la con-tradiccin entre cualquier par de de predicados destruye el conte-nido representacional del objeto denotado por la expresin-sujetode un juicio categrico, el acertijo podra ser resuelto tomandoseriamente el concepto de contradiccin como una mxima meto-dolgica. Esto se debe a que, si la relacin contradictoria entre elsujeto y el predicado es efectivamente lo que hace cualquier com-promiso con la representacin imposible, se puede pensar a la con-tradiccin como un instrumento metodolgico cuyo empleo permi-te romper la conexin entre juicio y representacin. Al haberselibrado de esa conexin, uno tambin se libra de las implicacionesontolgicas de un juicio categrico. Es que si no hay objeto de la

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    9. Werke in zwanzig Bnde, op. cit., tomo 2, p. 533.

  • Introduccin a la Ciencia de la Lgica15 y en la nota al 89 de la Enci-clopedia.16

    Pero incluso concediendo que podra haber cierta plausibilidaden mi explicacin del razonamiento de Hegel concerniente a lanecesidad y a la funcin de las contradicciones en su enfoque siste-mtico, no est claro de ningn modo si esta reconstruccin puedecontribuir en algo a la comprensin de su filosofa y cmo. Es fcilimaginar que podra haber alguien que aceptara mis dos puntosprincipales de interpretacin o sea que Hegel desconfa de lametafsica tradicional a causa de sus compromisos representaciona-les y ontolgicos, y que piensa al concepto de contradiccin comoun medio de superar esos compromisos y que sin embargo estu-viera convencido de que no hay un slo pensamiento razonable entoda esta empresa. Este crtico podra plantear su argumento deesta manera: Si Hegel realmente piensa a la metafsica y a la contra-diccin como explicadas aqu, tanto peor para Hegel. Ya que, obien est afirmando la cosa ms trivial del mundo, o bien debetener algn concepto oscuro tanto de un objeto como de la contra-diccin. La sospecha de trivialidad surge de la antigua y bastanteprudente conviccin de que una vez que uno permite la contradic-cin no es problema deshacerse de todo. Por lo tanto, es ms bientrivial suponer que si uno acepta la contradiccin la metafsica tam-bin sera destruida.

    La sospecha de que Hegel est comprometido con un extraoconcepto de un objeto y de contradiccin surge de considerar quesi quiere evitar perder no slo los objetos representacionales de lametafsica, sino cualquier objeto, debe tener un concepto de objetoal cual la contradiccin no dae, o bien tener un concepto de con-tradiccin que se derive del concepto normal de contradiccin detal manera que el resultado que produzca sea una nada en el senti-do de un nihil-negativum. Ninguna de estas sugerencias parece te-ner mucho sentido. La crtica resulta bastante justificada hastaahora. Para ver si puede ser respondida y cmo, uno tiene que tra-tar acerca del controvertido sentido hegeliano de los dos conceptosmencionados. En el contexto presente, sin embargo, quisiera evitar

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    enunciado especulativo 10 y agrega: Que la forma del enunciadosea superada (aufgehoben), no es algo que slo tiene que suceder demodo inmediato, por el mero contenido del enunciado. Sino queeste movimiento contradictorio (entgegengesetze) debe explicitarse.No debe ser slo aquella inhibicin interior sino que esta vuelta delconcepto sobre s mismo tiene que ser expresada. Este movimientoque cumple la funcin que normalmente ejerce la prueba es elmovimiento dialctico del enunciado mismo. Slo l es lo realmen-te especulativo y slo la explicitacin del mismo es exposi-cin dialctica.11

    Luego, en su Introduccin a la Ciencia de la Lgica, uno encuen-tra la afirmacin de que el pensamiento (Einsicht) tradicional e irre-flexivo no se di cuenta que la contradiccin es precisamente elelevarse de la razn por encima de las limitaciones del entendi-miento y la superacin del mismo.12

    Finalmente esto puede estar insinuado en los pargrafos 79-82de la Enciclopedia. Tambin se puede ver en varios pasajes de laIntroduccin a la Ciencia de la Lgica13 y en la nota al 89 de laEnciclopedia.14 Que Hegel consideraba que el resultado de una con-tradiccin no era nada en lo que concierne al pensamiento repre-sentacional puede observarse tambin en diversos pasajes de la

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    10. die Natur des Urteils berhaupt, die den Unterschied des Subjektsund Prdikats in sich schliesst, durch den spekulativen Satz zerstrt ,Phnomenologie des Geistes, ed. H. F. Wesels y H. Clairmont, Felix Meiner,Hamburgo 1988, p. 46.

    11. Dass die Form des Satzes aufgehoben wird, muss nicht nur aufunmittelbare Weise geschehen, nicht durch den blossen Inhalt des Satzes.Sondern diese entgegengesetzte Bewegung muss ausgesprochen werden;sie muss nicht nur jene innerliche Hemmung, sondern dies Zurckgehendes Begriffs in sich muss dargestellt sein. Diese Bewegung, welche dasausmacht, was sonst der Beweis leisten sollte, ist die dialektische Bewe-gung des Satzes selbst. Sie allein ist das wirkliche Spekulative, und nur dasAussprechen derselben ist spekulative Darstellung., ibid., p. 48.

    12. erkannte nicht, dass der Widerspruch eben das Erheben der Ver-nunft ber die Beschrnkungen des Verstands und das Aufheben dersel-ben ist, Wissenschaft der Logik, op. cit., Tomo I, p. 27.

    13. Op. cit., p. 35 y sigs., Tomo II p. 492.14. Op. cit., p. 193.

    15. Op. cit., tomo I, p.35 y sigs., tambin en el tomo 2, p. 492.16. Op. cit., p. 193 y sig.

  • tradictorios de los cuales ambos son verdaderos. Y esta suposicin(de que hay juicios verdaderos contradictorios) le permite pensarsus contradicciones en relacin con el anlisis de las Denkbestim-mungen, no como resultando en la destruccin de la entidad carac-terizada por la expresin-sujeto de tales juicios, sino en nuevasDenkbestimmungen que entonces de nuevo son tomadas como unelemento constitutivo de un objeto.

    Se puede inferir claramente que Hegel realmente est pensandodel modo en que estoy tratando de indicar aqu de un pasaje alcomienzo de la segunda observacin del primer captulo del pri-mer libro de la Ciencia de la Lgica.17 Puede resultar relevante se-alar que, siguiendo esta lnea de interpretacin, resulta muy dif-cil encontrar inteligible aquella extendida y conocida crtica delconcepto de contradiccin de Hegel que equivale a afirmar que stepens las contradicciones como algo que realmente se puede en-contrar en la realidad o que su concepto de contradiccin es unanocin ontolgica (Popper, Patzig). Hay muchos problemas en tor-no al concepto de contradiccin en Hegel, pero uno de los pocosque uno no puede tener es aqul que est implcito en la suposicinque considera a los objetos en el espacio y tiempo, o a los estadosde cosas, como contradictorios. Ms bien toma a las contradiccio-nes como un modo inevitable de hablar en un modo informativode sus Denkbestimmungen que no se suponen que sean objetos espa-cio-temporales como los rboles o las guerras. Entonces parece, almenos en lo que concierne al concepto de contradiccin, que Hegeles completamente consciente de las obligaciones sistemticas conlas que est comprometida su propuesta para superar las deficien-cias de la metafsica tradicional. Se puede utilizar la siguiente for-mulacin para, una vez ms, resumir brevemente la idea principalde Hegel: las contradicciones tienen una doble funcin: su funcinnegativa es destruir las implicaciones ontolgicas y representacio-nales de la metafsica tradicional aniquilando sus objetos. Su fun-cin positiva consiste en ser un instrumento necesario para revelarla verdadera naturaleza de los objetos enfatizando su esencia no-representacional.

    Ahora bien, esto conduce de forma bastante directa al concepto

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    esta discusin. Lo nico que puedo hacer aqu es plantear algunoshechos concernientes al modo en que Hegel trata ambos conceptos.

    Volviendo sobre la segunda parte de la alternativa que el crticonos acaba de plantear, se debe responder que Hegel tiene ambos,un concepto de objeto que se supone resistente a las contradiccio-nes y un concepto peculiar de contradiccin. En lo que concierne alconcepto de contradiccin, el sentido de este concepto est basadoen el axioma hegeliano de la negacin determinada. Un axiomaque Hegel consider ejemplificado de la mejor forma por el con-cepto kantiano de oposicin real. Es muy difcil lidiar con esteaxioma de tal manera que se vuelva inteligible, para ello recomien-do aqu los trabajos de D. Henrich y M. Wolff que son, a mi juicio,los intentos ms avanzados de reconstruir los conceptos hegelianosde negacin determinada en relacin a su nocin de contradiccin.Pienso que la manera ms simple de plantear la idea principal deHegel concerniente a la contradiccin en unas pocas frases es con-trastndola con aquel tipo de contradiccin que hace que un con-cepto sea contradictorio. La peculiaridad de estos conceptos contra-dictorios se supone que consiste en que se puede derivar de ellosdos juicios contradictorios, ambos falsos. Por ejemplo, se puedederivar del concepto contradictorio crculo-cuadrado los dos jui-cios falsos: el crculo cuadrado es redondo y el crculo cuadradono es redondo. Esta peculiaridad formal es la que ha llevado a lasuposicin de que no hay un objeto que sea designado por tal con-cepto o, para ponerlo de un modo kantiano, que el objeto de talconcepto es un nihil negativum, o sea nada.

    Ahora bien, Hegel sostiene que si se tiene una comprensinadecuada de la nocin de un objeto, se lo tiene que pensar comouna entidad cuyo concepto es tal que se pueden derivar de l dosjuicios contradictorios, ambos verdaderos. Esto se debe, segn elautor, a que los objetos estn constituidos por lo que l llamaDenkbestimmungen (categoras, determinaciones del pensamien-to) y piensa que son de tal manera que su naturaleza slo puedeser expresada adecuadamente si uno tiene que usar un lenguajeen el cual la forma del juicio est basada en la distincin sujeto-pre-dicado considerndolas como el resultado de y resultando en pre-dicados contradictorios (por cierto, al es de la cpula Hegel no lotoma como parte del predicado). Es a causa de esta consideracinque Hegel piensa que es necesario que haya parejas de juicios con-

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    17. Op. cit., tomo I, p. 76.

  • Ahora bien, Hegel distingue de manera muy ntida este segun-do sentido en el cual habla de objetos del tercer sentido. ste es elsentido que es relevante para nosotros aqu porque expresa su doc-trina positiva de los objetos. Terminolgicamente Hegel caracterizaeste sentido del trmino objeto hablando de objetos tal comorealmente son y lo identifica con el concepto de objeto (Begriffdes Objekts). Esta manera de hablar, a primera vista extraa, surgede la conviccin del autor de que lo que los objetos realmente son(in Wahrheit sind) es su concepto, donde concepto significa deun modo de alguna manera leibniziano una determinada conste-lacin de Denkbestimmungen. De este modo Hegel sostiene que cadaobjeto es lo que realmente es (como opuesto a lo qu es para larepresentacin) slo como una cierto conjunto de Denkbestimmun-gen que se supone que son algo as como pensamientos objeti-vos.18 Por qu Hegel piensa los objetos como lo que realmente sonde este modo es otra historia que no estoy preparado para contaraqu. Puedo asegurar que esta historia puede ser contada, aunqueno estoy seguro si tiene mucho sentido.

    En cualquier caso, en lo que concierne a nuestro problema dehasta qu punto la actitud critica de Hegel hacia la metafsica tra-dicional puede ser considerada como resultando en un programafilosfico alternativo, estas pistas concernientes a la nocin pecu-liar de objeto deberan ser suficientes. Ya que ahora se puede vercmo Hegel intenta encontrar los requisitos que estn implcitosen su estrategia contra los compromisos representacionales yontolgicos de la metafsica tradicional. Lo que estaba obligado apresentar era un concepto de objeto que fuera resistente a ciertotipo de contradicciones. Lo que presenta es un concepto de objetoque es resistente por la sencilla razn de que, de acuerdo a esteconcepto, las contradicciones pertenecen a la misma naturaleza delos objetos, al menos en la medida en que estos se tomen comorealmente son. Porque si se piensa a los objetos como complejosde Denkbestimmungen y si, como fue mencionado antes, se piensaa las Denkbestimmungen como algo cuyo significado es fijado sloal integrar su opuesto (como necesariamente contradictorio enaquel sentido especial sealado) entonces el concepto de contra-

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    de objeto que fue mencionado arriba como el segundo conceptocrucial relevante a la cuestin de si la crtica de la metafsica tradi-cional de Hegel puede ser concebida como la base para un enfoquesistemtico alternativo. Y aqu tambin, slo quiero plantear algu-nos hechos que de ninguna manera son la historia completa. Hegelhabla de objetos en por lo menos tres sentidos diferentes. El prime-ro es el sentido trivial segn en el cual no slo Hegel sino nosotrostambin podemos llamar objeto a todo con lo cual podemos lidiarde algn modo u otro. Es en este sentido que hablamos de objetosde explicacin, objetos del pensamiento o de deseo y as sucesiva-mente. Al hablar de objetos en este sentido, no hacemos ningunaafirmacin acerca del estatus ontolgico de estos objetos, o sea, noestamos obligados a pensar estos objetos como reales en un sentidoespecfico. Podemos hablar de montaas de oro, de conceptos con-tradictorios y otros similares que son los objetos de nuestro discur-so sin comprometernos a aceptar que hay montaas de oro o quehay objetos que son denotados por conceptos contradictorios. Y eneste sentido ontolgicamente neutral de objeto, Hegel habla deobjetos lgicos o objetos de la lgica refirindose a sus Denkbes-timmungen como el tema en cuestin de su Ciencia de la Lgica. En loque concierne a este sentido del trmino objeto, Hegel no tiene,sin embargo, una teora peculiar, y slo vale la pena mencionar estesentido porque es un malentendido muy comn en especial enconexin con la Ciencia de la Lgica suponer que las cosas con lasque lidia ah, las Denkbestimmungen, son objetos en un sentido bas-tante diferente del trmino, o sea en el tercer sentido al cual voy areferirme enseguida.

    Ya estamos familiarizados con el segundo sentido en el queHegel usa el trmino objeto. Es aquel segn el cual objeto sig-nifica objeto de la representacin. He intentado hacer lo msclaro posible qu quiere decir Hegel con este trmino. Hay slo unacosa que agregar: en lo que concierne a la neutralidad ontolgica,los objetos de la representacin comparten con los objetos en el pri-mer sentido la caracterstica de no implicar realidad en el sentidode existencia. Sin embargo, estn ontolgicamente cargados entanto implican una ontologa sustancialista: todos los objetos de larepresentacin son de tal manera que su estructura interna estconcebida de acuerdo con el modelo sustancia-atributo o el modelosujeto-predicado.

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    18. Idem., tomo I, pp. 13-18, tomo II, p. 493.

  • diccin est, por as decirlo, integrado (build in) en el concepto deobjeto.

    Si bien soy completamente consciente de que esta doctrina delobjeto que adscribo a Hegel tiene muchas consecuencias provocati-vas concernientes fundamentalmente a la ontologa con las que sedebe lidiar, y si bien sospecho que mis observaciones generan mspreguntas que respuestas, debo llegar ahora a una conclusin.Resumir los puntos principales de ste trabajo en la forma de cua-tro enunciados: 1) La crtica que Hegel lleva a cabo de la metafsicatradicional est diseada para mostrar que sus resultados depen-den fuertemente de ciertas suposiciones injustificadas concernien-tes a la relacin entre lenguaje y realidad que llevan a que estosresultados sean vlidos slo con respecto a los objetos de la repre-sentacin ya que implican un tipo de ontologa especfico, o sea,una ontologa sustancialista. 2) Ms especficamente, Hegel consi-dera a los defectos de la metafsica tradicional como una conse-cuencia de un uso descuidado de la estructura del lenguaje sujeto-predicado que, segn el autor resulta inapropiada para expresaralgo verdadero de los objetos como realmente son; sin embargoHegel est convencido al mismo tiempo de que esta manera dehablar de los objetos es inevitable. 3) Hegel intenta resolver el dile-ma resultante introduciendo el concepto de contradiccin comouna regla metodolgica por medio de la cual se supone que se evi-tan las deficiencias de la metafsica tradicional. Este giro puede quehaya sido motivado por el nfasis que puso Hegel en el potencialmetodolgico del concepto de nihil negativum de Kant en la medidaen que ste tiene la capacidad de destruir el contenido representa-cional. 4) Las concepciones de Hegel de la contradiccin y de losobjetos pueden ser consideradas como concordantes con aquellospostulados que son el resultado de su crtica a la metafsica tradi-cional. Esto equivale a afirmar que, desde un punto de vista meto-dolgico, Hegel cumple con algunos de los requisitos bsicos de suprograma de una teora sistemtica que se presente como una alter-nativa a la metafsica tradicional.

    Traduccin: Diego de Zavala Dujovne

    Recibido el 03/09 ; aceptado el 10/09.

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    LA FUERZA SUAVE SOBRE LAS IMGENESLA CONCEPCIN FILOSFICA DE HEGEL DE LA

    IMAGINACIN1

    Klaus Vieweg Universidad Friedrich Schiller de Jena

    RESUMEN: La meta de una filosofa del espritu (Geist) solo puede consistir enintroducir el concepto (Begriff) en el conocimiento del mismo. La frrea insisten-cia de Hegel en el concepto, en el logos del conocimiento, puede parecer extraay anacrnica en vista a las teoras usuales del conocimiento. An as, el autorproceder a recomendar precisamente un anacronismo de este tipo y presentarargumentos a favor del valor permanente y decisivo del concepto de imagina-cin en Hegel para la reflexin filosfica actual acerca del conocimiento. Lo quea primera vista asemeja una bohardilla polvorienta revelar pronto amplios ypoco conocidos tesoros y ofrecer la piedra angular para una filosofa modernadel conocimiento y del arte, para una nueva teora de formas simblicas, parauna nueva lgica de los signos. De acuerdo a Derrida, Hegel fue el fundador dela semiologa moderna. Su teora ofrece un hilo de Ariadna que permite salir dellaberinto de opiniones en conflicto acerca de la naturaleza de la imaginacin.

    1. El ttulo del presente artculo es una cifra utilizada por David Humeen su Treatise on Human Nature (Libro I, parte 1, seccin iv, in principium).La versin inglesa del pasaje (que al alemn el autor vuelca como Diesanfte Macht (ber die Bilder) es: gentle force (over the pictures). Laambigua frmula gentle force es traducida por Flix Duque a la versinespaola por el sintagma fuerza suave. En efecto, dicha opcin es unaalternativa vlida para volcar el pasaje humeano a nuestra lengua. Sinembargo, al traducir el ttulo al espaol, no es posible conservar simultne-amente el matiz del texto humeano y, a la vez, la afinidad semntica exis-tente entre las reflexiones hegelianas presentes en el artculo y la traduc-cin alemana del texto del Treatise. En rigor, dado que force puede sertraducido al alemn por Kraft, hemos decidido utilizar el trmino fuer-za en lugar de poder (Macht) para traducir al espaol el presente pasa-je. Para consultar el fragmento textual de Hume en la versin espaola, v.David Hume, Tratado de la naturaleza humana, tr. Flix Duque, BuenosAires, Hyspamrica, 1984, Libro I, parte 1, seccin iv, pp. 99. [N. de T.]

  • en gran medida tesoros desconocidos; nos provee de los cimientostanto para una filosofa moderna del conocimiento como para laesttica. Tal vez esto nos proporcione un hilo conductor para esca-par del laberinto de discusiones bizantinas acerca de los conceptosde imaginacin y fantasa. Sin embargo, aqu slo podremos sea-lar cules son las lneas fundamentales que la lgica hegeliana de laepisteme recupera de Aristteles.

    1. Imaginacin y Espritu

    Una ventaja importante de la concepcin hegeliana radica en laubicacin de la teora de la imaginacin en la filosofa del Espritu;este marco slo puede ser tematizado sucintamente en la arquitec-tura del sistema de Hegel como la base textual que ofrecen espe-cialmente los fragmentos de la psicologa filosfica en la Enciclope-dia de las ciencias filosficas.

    a) La imaginacin se aplica a un grado de formacin especial, aun estadio del desarrollo del Espritu, entendido como unmodo de actuar de lo universal. Bajo la nocin de Espritu[Geist] como principio filosfico y metafsico de Hegel (la cualno puede traducirse por mind o spirit) se comprendeuna autoproduccin progresiva. Este auto-generarse significaautodeterminar, devenir autnomo en el acto de autodeter-minar-se del Espritu como auto-liberacin. En la libertadradica la esencia formal del Espritu. sta puede comprender-se como un proceso del liberarse hacia s [zu sich selbst],como la realizacin del concepto de su libertad. Por esta vael Espritu se libera, ante todo, de lo que no le pertenece a suconcepto, se libera de todas las formas que no le son adecuadas. Serlibre significa no estar bajo la influencia de otra cosa sino bajola de uno mismo.

    b) Esta relacin del Espritu consigo mismo se concibe comouna autoproduccin activa, como el devenir lgicamente deduci-do de los diferentes modos de su actividad. A partir de las deter-minaciones ms elementales y abstractas se producen necesa-ria y lgicamente las determinaciones ms altas y concretas,en las cuales las determinabilidades precedentes se muestran

    LA FUERZA SUAVE SOBRE LAS IMGENES 209

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    Las ideas de Aristteles acerca del espritu y del conocer, enespecial en su libro Acerca del alma, siguen siendo todava las refle-xiones ms excelentes e incluso las nicas con inters especulativosobre este objeto.2 Si esto es as, el objetivo de una Filosofa delEspritu slo puede consistir en la reformulacin del concepto delconocer del Espritu. Este elogio desmesurado de Hegel a un con-cepto que ya tiene ms de dos mil aos, e incluso el excesivo inte-rs en esta nocin, en el lgos del saber, en la lgica de lo epistmico,parece sorprendente, extrao y casi una suerte de maniobra sospe-chosa en el acervo de la historia de la filosofa frente a las actualesteoras del conocimiento.

    Doscientos aos despus de Hegel rescato precisamente talmaniobra intempestiva y quisiera presentar algunos argumentospara afirmar que la reconstruccin del concepto hegeliano de ima-ginacin es indispensable para la comprensin adecuada de susreflexiones filosficas acerca del conocimiento. Dicho con ms pre-cisin: la visita a este presunto desvn de la filosofa nos muestra

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    207-225 Revista Latinoamericana de Filosofa, Vol. XXXV N 2 (Primavera 2009)

    2. G. W. F. Hegel, Enzyklopdie der philosophischen Wissenschaf-ten, en: Hegel, Werke in zwanzig Bnden, Theorie Werkausgabe (en lo suce-sivo, Hegel: Werke), Frankfurt am Main, 1970, vol. 10, pp. 11.

    PALABRAS CLAVE: Imaginacin, Concepto, Smbolo

    ABSTRACT: The purpose of a philosophy of mind (Geist) can only be tointroduce the concept (Begriff) into the knowledge of mind. Hegel's massiveinsistence on the concept, on the logos of knowledge, may appear oddlyanachronistic in view of current theories of knowledge. Even so, the author isgoing to recommend precisely such a seeming anachronism and argue for theenduring and decisive value of Hegel's concept of imagination for currentphilosophical reflection on knowledge. What might at first look like a dustyattic will soon reveal extensive and unfamiliar treasures and offer thecornerstone for a modern philosophy of knowledge and aesthetics, for a newtheory of symbolic forms, for a new logic of signs. Hegel was, according toDerrida, the founder of modern semiology. His theory provides an Ariadnethread leading out of the labyrinth of conflicting opinions about the nature ofthe imagination.

    KEYWORDS: Imagination, Concept, Symbol

  • situamos al comienzo formal del filosofar. La ciencia debepresuponer la liberacin de los objetos de la conciencia.5 Enla Fenomenologa, la parcialidad del paradigma de la concienciay las limitaciones del dualismo entre conciencia y objeto (entremind and world o entre sujeto y objeto) eran presentadas comoun resultado. La identidad de esta presunta dicotoma fuedemostrada no slo en el sentido de una relacin externa sinotambin como algo que est vinculado con una relacin inter-na, con el Espritu mentado como autorrelacin, como ununiversal que se autodetermina. Queremos conservar todo loque sabemos, y aquello que aspiramos a conocer, por tanto,debe ser inteligido como una autoformacin del Espritu;debe comprenderse como Espritu, como momento esencialdel idealismo monista.

    En palabras de Hegel, este ser-uno implica la identidad entre lanaturaleza puesta por el Espritu como su mundo y el presupuestodel mundo como naturaleza independiente: el mundo puesto y pre-supuesto. Se trata de la identidad de las determinaciones como inhe-rentes al objeto, existentes en l y constituidas por medio del Esp-ritu. La objetividad se muestra como subjetiva y la subjetividadcomo objetiva.

    El camino del conocer entendido como despliegue lgico delEspritu terico, de la interioridad subjetiva-inteligible, de la auto-determinacin abstracta en s y de su expresin en el lenguaje delconocer contiene los momentos principales de la intuicin, de larepresentacin y del pensamiento. Aqu la fantasa opera como medioo como vnculo entre la asthesis y la nesis.6 ste es el camino de lamera sabidura al saber verdadero y legtimo. El contenido racionalen s se eleva de la forma de lo particular-exteriorizado, lo univer-sal comn-subjetivo, a la forma de la identidad verdadera entreparticularidad y universalidad, hacia el conocimiento determinado.Con esta intelectualizacin del conocer se demuestra la necesidadde traducir el contenido verdadero de la an insuficiente forma ina-

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    como momentos de los grados superiores, en donde se obser-va su valor parcial. El despliegue del Espritu es esencialmen-te circular, un retorno al origen, al pensamiento mismo. Esteproceso de exposicin del devenir entendido como un retor-no al origen impugna, por ejemplo, la concepcin errnea(encontrada a menudo) de entender a los actos del conoci-miento del Espritu como una mera coleccin o como el ope-rar de un simple conjunto de facultades, las cuales deben serencontradas, analizadas y luego conectadas entre s.3 En clarorechazo del proceso emprico-psicolgico (la sucesin tempo-ral de hechos) Hegel presenta aqu la autoexposicin delEspritu en diferentes estadios, la cual debe comprendersedesde un principio como el pensar que alcanza su justifica-cin en virtud de su carcter lgico. El tipo y el modo de laelevacin hacia un saber determinado es en s mismo racio-nal y es un paso necesario, determinado por medio del con-cepto, de una determinacin de su actividad a otra.4 Aspues, Hegel puede fijar los fundamentos de una lgica delconocer, de una epistemologa en sentido estricto, de modoclaramente distinto a las meras facultades mentales analticasy sintticas. Las relaciones presentadas en la Ciencia de la Lgi-ca entre lo particular y lo universal, entre subjetividad y obje-tividad subyacen aqu y se legitiman al mismo tiempo comofilosofa real.

    c) La imaginacin pertenece al segundo estadio del Espritu te-rico. Hegel se refiere a ella con el trmino representacin [Vors-tellung]. Al Espritu terico o a la inteligencia (en lo sucesivopreferira utilizar la palabra inteligencia) le corresponde unlugar destacado en el Sistema de la Enciclopedia. Dentro dela esfera del Espritu subjetivo se efecta el cambio respectode la Fenomenologa, el pasaje del punto de vista de la con-ciencia al punto de vista del Espritu. De esta manera nos

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    3. Cfr. Klaus Dsing, Hegels Theorie der Einbildungskraft, en: FranzHespe y Burkhard Tuschling (comps.), Psychologie und Anthropologie oderPhilosophie des Geistes, Stuttgart, 1991, pp. 298-307.

    4. Hegel, Enzyklopdie der philosophischen Wissenschaften, segunda edi-cin, Heidelberg, 1827, pp. 415.

    5. Hegel, Wissenschaft der Logik, en: Werke, vol. 5, pp. 45.6. Hans Friedrich Fulda, Vom Gedchtnis zum Denken, en: Psycholo-

    gie und Antropologie, op. cit., pp. 326.

  • identidad entre receptividad y actividad.8 Esto no tiene ver con unadoble galera de intuiciones sino con la unidad inmediata del serexistente y devenido.9 Las afirmaciones veo algo azul y hay unobjeto azul all son idnticas. En la intuicin, el efecto de ambosaspectos es como si fuera el de uno solo puesto. Quien observa y loobservado, quien oye y lo odo, mind and world son tomados comouna identidad. Aqu se evidencia en la intuicin la estructura puradel Espritu, su carcter de logos [Logos-Verfasstheit] (W. Welsch).10 Elpuro intuir (como tambin el puro representar) es una aparicinque se muestra como tal. Desde un principio, tanto el intuir comola imaginacin estn contaminadas, contagiadas o determinadaspor el pensamiento. La intuicin es carnal e intelectual, natural yracional, se constituye en un acto que produce y que es producidoen una unidad conjunta.11 De manera anloga, Hegel seala: Porconsiguiente, el hombre siempre est pensando. An cuando slointuye o contempla algo, de modo tal que siempre esto es como ununiversal, como un particular fijado.12 Esto encuentra su confir-macin en un maestro de la visin y de la intuicin, en Paul Czan-ne, quien en una conversacin con Joachim Gasquet interpreta lanaturaleza percibida, la que se encuentra all afuera y la naturalezavista como un texto concomitante que se trasciende a s mismo.13

    La atencin necesaria (entendida como orientacin abstracta eidntica sobre algo) dirigida hacia la sensacin alude a un ser slopresuntamente objetivo e independiente (aquello que debe seratendido). Pero esto es un ser otro de s mismo abstracto. No hay

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    decuada del Espritu a la forma del concepto. La representacin (laimaginacin) ocupa el grado intermedio necesario en la autoconsti-tucin de la subjetividad finita.7

    2. De la intuicin a la representacin

    Para esta primera etapa del autodeterminarse de la inteligenciadebemos esbozar brevemente, ante todo, la caracterstica principalde la intuicin, la cual constituye el presupuesto bsico para la com-prensin de la nocin de imaginacin (ms all de las numerosasimplicaciones filosficas de esta idea). A causa de la superacin delparadigma de la conciencia, la inteligencia no presenta su conteni-do como su objeto sino que se relaciona exclusivamente con sus pro-pias determinaciones. La divisin entre sus determinaciones de losubjetivo y de lo objetivo slo se muestra como aparente.

    La primera forma lgica de esta estructura se presenta en laintuicin, en la cual una sensacin (afeccin) dada, encontrada ointerna (exterior) surge como una identidad entre lo subjetivo y loobjetivo. Un determinado contenido particular que corresponde alobjeto aparece, al mismo tiempo, como puesto por medio de unasubjetividad particular y aislada. Este contenido, en principio, esmeramente encontrado, o parece simplemente dado (en el sentidode una recepcin del exterior o de una aceptacin de impresionesde los efectos de las cosas externas); se muestra como idntico conel ser puesto subjetivo [subjektiven Gesetzsein], como efecto de lo obje-tivo y simultneamente como expresin de lo subjetivo: el encontraraparece como el acto de poner. The Myth of the Given como suposi-cin realista sigue siendo una aparicin que, como tal, debe expo-ner y refutar lo que, por cierto, se aplica tambin para el opuestoMyth of the Construction (la tesis del subjetivismo). En la versin deHegel: La intuicin produce la forma inmediata y ms presente enla subjetividad entendida como su determinabilidad que se relacio-na con un contenido supuesto, dado o encontrado, esto es, la pre-sencia inmediata, la presentacin del yo particular aqu y ahora.O como lo ofrece la frmula de Aristteles: la intuicin produce la

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    7. Klaus Dsing, Hegels Theorie der Einbildungkraft, op. cit., pp. 311-312.

    8. Hegel, Vorlesungen ber die Geschichte der Philosophie, en:Werke, vol. 19, pp. 205.

    9. Hegel, Phnomenologie des Geistes, en: Werke, vol. 3, pp. 231-232.10. Wolfgang Welsch, Aisthesis. Grundzge und Perspektiven der Aristote-

    lischen Sinnenlehre, Stuttgart, 1987, pp. 140-152.11. F. W. J. Schelling, System des transzendentalen Idealismus, en:

    Ausgewhlte Schriften, editado por Manfred Frank, Frankfurt, 1985, vol. 1,pp. 528. Ms adelante, Schelling seala: El yo est forzado a tener en unamisma accin libertad cada vez ms formal, ibd., pp. 533.

    12. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 8, pp. 83.13. Paul Cezanne, Gesprch mit Joachim Gasquet, citado en: Werner

    Busch, Geschichte der klassischen Bildgattungen in Quellentexten und Kommen-taren, Darmstadt, 2003, vol. 3, pp. 324.

  • interpretados slo como formas de la intuicin subjetiva). A larazn le corresponde incluso no slo una relacin regulativa con elsaber, sino un vnculo constitutivo con l.

    La atencin exige un hundimiento pleno en el objeto, la renun-cia a todas las otras cosas y a s mismo. Este ponerse en el lugarde a fin de devenir inherente a la cosa aspira a tener una relevan-cia fundamental siendo, a su vez, irrenunciable para el conocimien-to. Aqu se trata del ahondamiento total en la cosa. Sin reflexionesy bajo la superacin escptica de lo propio y de la vanidad hacemos valerla cosa en nosotros; algo que para la as considerada intelectualidadfilosfica -criticada indirectamente por Hegel- es innecesario.18 Pa-ra esta renuncia a todo pre-juicio, a todo saber presuntamente s-lido, a este estilo (pirrnico-budista) del ser en s, a esta negacindel propio valerse [Sich-geltend-Machen] y de la supresin del tiem-po externo, sin embargo, tambin el peligro de la quietud [Stehen-bleibens] de cargar con un devenir no libre enfrenta al valerse de lasubjetividad. El contenido tambin es algo mo, pero esto mo no esproducido objetivamente por la subjetividad ni subjetivamente porla objetividad. La forma de la interioridad se transforma aqu en laforma de la exterioridad y, a la inversa, en este cambio, en estaoscilacin (anloga a la del escepticismo pirrnico), la inteligenciaasciende al primer grado de su autodeterminarse, alcanzando as laautodeterminabilidad formal. La mera particularidad simple impli-ca slo la universalidad comn-subjetiva (un tipo de comunidad deintuiciones) y la finitud de la intuicin.19 Junto al acto de dirigirsehacia lo interior, hacia el recordar, la intuicin es superada en larepresentacin como inmediata, es conservada, eliminada y condu-cida hacia un estadio superior en el cual la determinabilidad espa-cio-temporal se transforma. El itinerario posible de este procesobosquejado por Hegel indica: El camino de la inteligencia en lasrepresentaciones es tanto hacer interior la inmediatez, ponerse in-tuyndose en s misma, como es igualmente superar la subjetividadde la interioridad y en ella misma exteriorizndose de s y en supropia exterioridad estar en s misma.20

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    un contenido distinto al del objeto intuido; en principio la inteligen-cia se encuentra considerablemente determinada desde el exterior.As, una primera inteleccin alcanza la cosa sin que sta an repre-sente un pleno conocimiento. Ante todo, se trata de una primeraaprehensin de la cosa, pero no todava de una com-prensin. Elaspecto del encontrar, de lo dado, implica que en el contenido de laafeccin nos encontramos con algo exterior a la existencia subjeti-va. La intuicin arroja necesariamente este contenido hacia el espa-cio y el tiempo,14 intuyndolo como algo particular bajo estas for-mas. Esta espacio-temporalidad es considerada como la primeraalienacin abstracta.15 La inteligencia necesita un medio formal enel cual ella pueda destacarse continuamente de modo discreto res-pecto de otros contenidos. stas son las coordenadas imprescindi-bles para la determinacin epistmica del contenido de las sensa-ciones.16

    Schelling interpreta lo presente [das Gegenwrtige] como unretraerse dirigido hacia un momento determinado, un punto en eltiempo respecto del cual no podemos retroceder: A fin de poderintuir el objeto plenamente como tal, el yo debe poner un momen-to pasado como fundamento del presente; por consiguiente, elpasado surge una y otra vez slo por medio de la accin de la inte-ligencia, y esto es necesario slo en cuanto este retraerse del yo estambin necesario.17 Tiempo y movimiento cobran aqu una im-portancia fundamental, puesto que lo intuido es un acontecimien-to. Para Hegel, espacio y tiempo son formas tanto objetivas comosubjetivas. Este modo de comprender tales formas busca discutir,al mismo tiempo, tanto con la parcialidad de las posiciones objeti-vistas (espacio y tiempo como formas de la existencia de lo natural)como con la postura kantiana (en donde espacio y tiempo son

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    14. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 249. Cfr. Schelling,System des transzendentalen Idealismus, op. cit., pp. 530 y ss.

    15. Hegel, Enzyklopdie der philosophischen Wissenschaften, segunda edi-cin (1827), op. cit., pp. 418.

    16. Jens Rometsch, Hegels Theorie des erkennenden Subjekts, Heidelberg,2006, pp. 173 (Disertacin). Quiero agradecer aqu al Prof. Rometsch pordarme la posibilidad de consultar el texto de la disertacin.

    17. Schelling, System des transzendentalen Idealismus, op. cit., pp. 554.

    18. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 250.19. Cfr. el mencionado estudio de J. Rometsch, op. cit., pp. 173 y ss.20. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10., pp. 257.

  • incontable de imgenes y de representaciones yacen en este pozode la interioridad, un poderoso reservorio de imgenes que perma-necen encubiertas por medio de las tinieblas de la noche, una oscu-ra galera de imgenes de proporciones inconmensurables; algosemejante al Louvre parisino en la oscuridad o a los oficios floren-tinos sin luz. Si bien estas imgenes son propiedad de la inteligenciay portan legtimamente el ttulo de lo mo inalienable, todava no seencuentran en mi posesin real. A esta potencialidad le falta an elpoder de llevar las imgenes dormitantes hacia el exterior de modoarbitrario. Se carece del poder absoluto de disponer de esta fabulo-sa habitacin llena de tesoros. Todas las determinabilidades seencuentran slo en una posibilidad virtual, estn contenidas engermen, pero en un oscuro pozo carente de consciencia24 para louniversal existente en s, en donde lo diferente no est todava puestocomo discreto.25 Esta pura ausencia de forma, catica, indiferente;este ocano sin costas (the dark side of intelligence) es una formanueva de la universalidad de la inteligencia; ella se asemeja a uncofre lleno de tesoros, del cual yo soy consciente; pero sin la capaci-dad de diferenciar cules son las distintas joyas que estn guarda-das aqu. Segn Hegel, las imgenes no existen meramente en laconsciencia. En el pasado ellas estn depositadas como carentesde consciencia, pues el conocimiento puede proseguir primera-mente con la distincin del poner de la diferencia a la luz de la pre-sencia.

    Con esto alcanzamos el puente entre el recuerdo y la imagina-cin, la transicin hacia el segundo grado de la representacin,hacia la presentificacin interna, hacia la representacin interna pormedio del acto de poner de la presencia interna de la imagen, de lasuperacin de lo existente pasado. Lo interno se presenta ante la inte-

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    3. La representacin

    3.1. El recuerdo

    En los primeros momentos de este proceso la inmediatez pre-sente en la intuicin (lo existente) se transforma (en la medida enque ella es finita) en un pasado; pero al mismo tiempo la inteligenciaconserva la intuicin como interna, como una presencia no consciente.Hegel alude al pretrito perfecto alemn con la palabra tener[haben], lo cual expresa tanto lo pasado como lo presente y lo pasa-do-presente.21 l seala: Tal como primeramente lo haca la intui-cin, recordando, la inteligencia pone el contenido del sentimientoen su interioridad, en su propio espacio y en su propio tiempo.22Este contenido, entendido como imagen, se libera de su primerainmediatez y de la particularidad abstracta, absorbindose en launiversalidad del yo intelectual. En este sentido, Friedrich Schlegelhabla de la imagen como de una contra cosa liberada por deldominio de la cosa. En trminos kantianos, se trata de la capaci-dad de representar un objeto sin su presencia en la intuicin. Esteespacio-tiempo propio puesto por la inteligencia se considera comouna dimensin espacio-temporal universal, en donde el contenido,a diferencia de la intuicin efmera, adquiere una primera dura-cin.23 Espacio y tiempo de la intuicin son, en cambio, particulari-dades atadas al presente inmediato de la cosa, al objeto. Este espa-cio-tiempo externo se disuelve a causa de la determinabilidadoriginaria del contenido, el cual puede experimentar en la forma demi imagen diferenciaciones arbitrarias y casuales.

    En este grado del recuerdo entendido como primer modo delrepresentar aparece la inteligencia como no consciente, como unreceptculo atemporal de imgenes. Sin embargo, en esta insinua-cin a Aristteles, Hegel utiliza la metfora (tan estimada por De-rrida) del pozo oscuro en el cual un mundo infinito de muchasimgenes es almacenado sin que stas se encuentren en la cons-ciencia. Ellas dormitan y constituyen el alma pasiva. Una multitud

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    21. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 256, agregado.22. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 258.23. Ibd.

    24. En este lugar Hegel habla del yo como de un receptculo, como uncontenedor y un refugio para todo y para todos. Todo hombre es un granmundo de representaciones, las cuales se encuentran sepultadas en lanoche del yo. El yo es lo universal, en lo cual se encuentra abstrado detodo lo particular, pero al mismo tiempo aqu yace oculto todo lo que estcontenido bajo lo universal abstracto y la universalidad. Cfr. Hegel, Enzy-klopdie, en: Werke, vol. 8, pp. 83.

    25. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 260.

  • la fantasa entendida como determinacin de las imgenes haciala efectiva transicin del encontrar al configurar. Aqu se encuentrala piedra de toque de la teora hegeliana de las formas simblicas,la lgica de los signos a partir de la cual Hegel, segn Derrida,sera el fundador de la semiologa moderna.

    3.2. La imaginacin

    a) Primer grado: la imaginacin reproductiva

    Las imgenes (como ya indicamos) son internamente re-presen-tadas; la inteligencia las pone ante s en un nuevo espacio-tiempo,en donde se disuelve la originaria concrecin espacio-temporal. Envirtud de esta abstraccin y del surgimiento de las representacio-nes universales se da una reproduccin casual y arbitraria del con-tenido. Esta supuesta sucesin de casos (la atraccin entre imge-nes semejantes) mantiene la accin de la inteligencia misma -la cualsubordina las intuiciones particulares- bajo la imagen constituidainternamente, y de este modo se dota a s misma de universalidad.Lo universal entendido como algo comn produce, re-presenta.28La inteligencia eleva o un aspecto peculiar de una cosa (a una rosalo rojo, a un mar lo azul) al status de lo universal o fija un univer-sal-concreto (a la rosa la planta, al mar el agua).

    b) Segundo grado: La imaginacin productiva y asociativa: la fan-tasa

    Con la accin de la asociacin de imgenes, de la relacin entreellas, la inteligencia asciende al grado superior inmediato: la fanta-sa. Se trata aqu de la accin de la vinculacin libre, del sintetizar,del enlace entre imgenes y representaciones; esto es, al fin y al ca-bo, la presentacin misma inventiva e interna de las representacio-nes creadas; una produccin libre y arbitraria de nuevas imgenes.Esta imaginacin creadora (la sntesis figurativa) causa la corpori-zacin inagotable [unerschpfliche], la contemplacin de un conteni-

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    ligencia, se re-presenta, se desplaza ante el ojo interno. El despertarde la imagen dormitante o la iluminacin de la inteligencia respec-to de s misma origina la relacin entre la imagen y una intuicinde igual contenido. La primera creacin de la imaginacin aparecetambin como un mundo espacio-temporal de figuras informes einconmensurables, de actos puestos respecto de los cuales unopuede estar absolutamente sorprendido.26 Se efecta principalmen-te una subsuncin de la sensacin azul o triste bajo una de lasformas de lo universal (lo azul, la tristeza). Kant, a quien Hegelsigue aqu en parte, hablaba de la capacidad activa de la sntesis delo mltiple: La imaginacin debe, pues, llevar lo mltiple de laintuicin hacia una imagen; y por consiguiente, debe previamenteacoger las impresiones en su actividad, es decir, debe aprehender-las.27 En la base de la aprehensin, de la subsuncin de lo mltiplebajo la unidad de la representacin, la inteligencia puede apropiar-se de las imgenes, puede tomar posesin internamente de ellas. Lainteligencia dota a lo interior con el sello de lo exterior. De esta manera,es capaz de enfrentarse internamente consigo misma para luegoencontrar all su existencia en su ser en s misma: la evocacininterna entendida como subjetividad libre de la interioridad.

    Ya con esta subsuncin (el acto de reflejarse como un poder delo universal), la representacin se muestra como medio entre elinmediato encontrarse-determinado y el pensamiento entendidocomo inteligencia en su plena libertad. La imaginacin pura (caren-te de conceptos) a menudo invocada por los artistas es un engao.La representacin est esencialmente identificada y determinadapor el pensamiento. Ella se pone como mediacin entre la intuiciny el pensamiento, como su bisagra, como la universalizacin de loparticular-fsico y de la corporizacin [Versinnlichung] o particulari-zacin de lo universal. En la universalidad de la intuicin y de lapuesta en imagen [Veranschaulichung] de la universalidad radicatanto la fuerza especial como la deficiencia de lo que representa.

    Luego de estas extensas pero necesarias consideraciones medirijo directamente hacia nuestra temtica puntual: la imaginacin,

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    26. Cfr. Schelling, Philosophie der Kunst, en: Ausgewhlte Schriften,vol. 2, pp. 222.

    27. Immanuel Kant, Kritik der reinen Vernunft [KrV], A 120. 28. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 266.

  • de generar imgenes, como escultores internos incansables y acti-vos, como un libre juego con posibilidades. Segn Hume, no haynada ms asombroso que el mbito en donde la imaginacin traesus representaciones. La fantasa acude de un extremo del univer-so hacia el otro para asir de manera conjunta las representacionesque pertenecen a un objeto.31 Para Kant se abre un campo impre-visible de representaciones afines, cuyo contenido podra ser incre-mentado por un concepto determinado sobre un modo ilimitadoestticamente.32 De este modo, la imaginacin creadora es capazde desplegarse a travs de sus propios productos inagotables. Estejuego de la fantasa conforma -segn Hegel- el fundamento univer-sal del arte, lo formal del arte. Este proceso expone lo verdadera-mente universal en la forma de la imagen particular.33

    Sin embargo, el juego de la fantasa tiene un doble aspecto: poruna parte, es inquieto y puede llevarse a cabo sin reglas. La formade la representacin implica una copresencia indiferente de figura-ciones pluriformes y ambiguas. Lo creado, lo activo, lo inquieto,permanece siempre ambivalente; no se trata de algo logrado per se.Por otra parte, lo no creativo, lo pasivo, la pasividad y el simpledejar-ser, de ninguna manera estn despreciados desde un princi-pio; ellos yacen efectivamente en la imaginacin misma como sufundamento. La fantasa es capaz de alcanzar lo humano y lo inhu-mano, de edificar el cielo y el infierno, y de indicar all su fuerza ysu deficiencia misma. Ella puede oscurecer la presencia por mediode sombras reflejadas del pasado y por sombras avanzadas delfuturo. Este juego, de modo anlogo al entendimiento, es capaz decrear lo inconmensurable de todo tipo. Segn Hegel, en la sntesisde la imaginacin esto se relaciona slo con la razn formal. Porconsiguiente, ella no representa la capacidad superior de las esen-cias libres, lo cual puede ser alcanzado sin una plena actualizacinlograda.34 El contenido de la fantasa como tal es indiferente; lo

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    do sin ejemplos correspondientes. Como consecuencia de la trans-formacin de un enlace objetivo en una vinculacin innovadorasubjetiva es conferido un contenido constituido procedente de lainteligencia misma a la existencia interna-grfica, con lo cual se ple-nifica [vollendet] la autointuicin de la inteligencia (el poder delimaginar en s hacia fuera).

    La inteligencia surge ya absorbida por una subjetividad de-terminada en s con un contenido particular y concreto. Aqu se ob-serva la universalidad ya presente en el pensar, cuya legitimacinest en funcionamiento desde un principio. Segn Schlegel, lasrepresentaciones son anticipaciones de un concepto a conformarse.La inteligencia se muestra como soberana de la provisin de im-genes que le pertenecen y de las representaciones, como fuerza li-bre y suave sobre ellas.29

    En la fantasa hemos puesto ahora una nueva y segunda presencialibre, arbitraria y consciente de la inteligencia; una identidad supe-rior entre lo universal y lo particular. En trminos de Jean Paul,una espiritualizacin del cuerpo y una corporizacin del espritu.Lo encontrado y lo propio son plenamente puestos en una unidad:la fantasa se muestra aqu como la capacidad de configurar (Nova-lis). Las imaginaciones de la fantasa exponen la unin de lo espiri-tual interior y del contemplar. Aqu la inteligencia demuestra sufuerza sobre las imgenes. Al elevarse sobre el alma de las imge-nes, intenta de este modo proporcionarles validez y objetividad,manifestndose y realizndose en sus propias creaciones. Hegel vela identidad de grado superior entre lo particular y lo universal enel hecho de que la inteligencia existe ahora como particularidad enla forma de una subjetividad concreta, en la cual la autorreferencia(la estructura fundamental del Espritu) est determinada hacia elser y hacia la universalidad en el modo de la puesta en imagen delo universal, en la universalizacin de la intuicin.30

    La inteligencia constituye nuevos mundos internos, un cosmosde orgenes y conjuntos de posibilidades y numerosos mundos-imgenes internos. stos aparecen como poderes slidos capaces

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    29. Cfr. David Hume, Ein Traktat ber die menschliche Natur, Hamburg,1989, pp. 21.

    30. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 268.

    31. David Hume, Ein Traktat ber die menschliche Natur, op. cit., pp. 38.32. Immanuel Kant, Kritik der Urteilskraft [KdU], 49.33. Hegel, Enzyklopdie, en: Werke, vol. 10, pp. 267.34. Segn Hegel, en el Cristianismo se da la reconciliacin de Dios con

    el hombre en el pasado, la cual se dar con el hombre en el futuro, pero enel presente no hay ninguna reconcilia


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